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Caminaba la luz por sendas milenarias
la edad inexplicable del prodigio
sin nadie a quien amar
eternamente.
Liturgia en su quietud
la huella de los mayas y el tiempo inacabado,
las descelebraciones.
Y al fin pude avistar la ensoñación
y tu origen: la semilla del fuego;
ardor de lo infinito en mi memoria.
Sin embargo,
yo he de ser infiel,
apagar esta llama enfebrecida
que de ti se alimenta,
la lujuria en los dos,
el éxtasis, la música,
el olvido...
poética de mí en el desencuentro.
Manuel M. Barcia
Una consigna de amor
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Cuanto más te acercas
A descubrir tu silencio
Más comprendes
La soledad leyendo el tiempo
Y nace un texto
De la memoria ausente
Que ...
Hace 1 hora
3 comentarios:
Qué gusto encontrarte en tu poesía y en mi blog. Son hermosos tus versos, la semilla que dejas.
Abrazo inmenso.
la palabra hecho verso... muy buen blog el que nos compartes, es un placer leerlo y leerte... Un abrazo hasta alli.
Juan José Cautivo
Profudos versos repletos de sentimientos, placer para el alma.
Un abrazo
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