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Caminaba la luz por sendas milenarias
la edad inexplicable del prodigio
sin nadie a quien amar
eternamente.
Liturgia en su quietud
la huella de los mayas y el tiempo inacabado,
las descelebraciones.
Y al fin pude avistar la ensoñación
y tu origen: la semilla del fuego;
ardor de lo infinito en mi memoria.
Sin embargo,
yo he de ser infiel,
apagar esta llama enfebrecida
que de ti se alimenta,
la lujuria en los dos,
el éxtasis, la música,
el olvido...
poética de mí en el desencuentro.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "Preludio", de Angela Kosta (Albania, 1973)
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De rodillas en la oscuridad,
roto bajo un refugio para indigentes,
compañero de tormenta al aire libre,
sin estrellas, sin luna
inmerso en el barro
lleno d...
Hace 8 horas
3 comentarios:
Qué gusto encontrarte en tu poesía y en mi blog. Son hermosos tus versos, la semilla que dejas.
Abrazo inmenso.
la palabra hecho verso... muy buen blog el que nos compartes, es un placer leerlo y leerte... Un abrazo hasta alli.
Juan José Cautivo
Profudos versos repletos de sentimientos, placer para el alma.
Un abrazo
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