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-Sólo para caníbales-
Rezaba así el cartel
para advertir
un lugar sanguinario
y las normas de un club
disconforme con leyes que protejan
el ánimo de ser lo racional
en muertes por decreto.
Su fin, por belicista, era traidor
a las causas honestas,
políticos no electos
eran sus dignatarios
y exentos de cumplir los ritos de la fe.
¿Cómo sino atraer a la jauría
que tiene el capital
orando por millares la creencia
de que todo en la vida se adquiere por poder
y a grandes mordeduras?
No admitían clientes
que fuesen cicatriz de alguna herida.
Era un banco de sangre.
mmb
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