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Te nombro porvenir sin esperanza,
porque así sé que puedo
espaldar en mi suerte la fortuna
quebrando los designios del oráculo.
Admite mi no ser.
Yo nunca pretendí la otra mitad
de lo que se disputa en nuestro amor,
ni tampoco goteos para siempre
que llenen el pasado de amargura.
Soy una voz lejana.
El eco del ayer perpetuando enterezas,
narración del jamás
para hilar soledades en costuras del tiempo.
Otras voces intentan construir
un futuro cercano
que admita peregrinos de la noche
sin sueños que buscar,
tan sólo el terciopelo en su memoria,
pero no las escucho,
resulta inevitable que sucedas.
mmb
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