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Desfilan tras los pasos del deudor
cortejos de siniestras pasarelas
cuando entierran los sueños
sus últimos vestigios de quimera
en el pozo sin fondo
de las calamidades
Y entonces me pregunto
si le importa a un moroso
que se vistan de frac sus pesadillas
cuando solos, los ojos de la almohada
disfrazan las vergüenzas.
Manuel M. Barcia
No he dejado de ser yo
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Sabes que la locura
Es el placer de ser honesto
En este infierno de hipocresía.
Merodear el pensamiento
Y aniquilar la nostalgia...
Hace 5 horas
4 comentarios:
Magnífico.
Un estupendo poema pleno de reflexión, de aciertos retóricos y de música.
Dejo constancia de mi aprecio
Un abrazo
Fantástico poema, Manuel.
Te dejo un abrazo
Ana
Es un honor tu presencia, Venezia, y un regalo inapreciable las palabras que me brindas.
Muchas gracias por dejar la huella imborrable de tu paso entre mis versos.
Un beso
Manuel
Tu abrazo es mucho más que un premio, es un vínculo que sella deudas imperdurables de amistad.
Gracias, meiga.
Un beso
Manuel
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