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De ti fluía el mar
tan intenso oleaje,
los ancestros fluviales del cristal.
Abismada en el vientre
donde fue torrentera el diluvio,
tu piel estaba en mí,
naufragando un abril irremediable,
marea de mi cuerpo.
Manuel M. Barcia
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Siempre escribirás en pasado?
Huellas imborrables te han dejado.
Hermoso...
Todos tus poemas son hermosos.
Un beso
Ana
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