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Busqué los sentimientos de la infancia
para identificar
los días relevantes de mí entre las horas,
indagando la luz de los secretos.
Había en el cajón de mi mesilla
un libro impregnado de misterio,
anónimo al leer, sin letra impresa.
Era una mujer-piedra
al cuello de un colgante de septaria,
raíces de kunzita y un ojo de halcón
que nunca llegaría a envejecer
hasta enconcontrar su voz a duermevela,
ahora tatuaje de mi piel
y mundo hospitalario que me habita,
oriente y talismán,
como un tiempo volátil tallado de aventura.
a Marisa León.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 5 horas
4 comentarios:
¿ Sabías que la kunzita es la piedra de la dedicación.? También dicen que reduce las tensiones. Ayuda a intesificar la entrega para realizar una tarea la cual pide mucho de esfuerzo y de esta manera conseguir llegar a su objetivo. Hace que la persona se vuelva abierta a la crítica constructiva y aumenta la facultad de ayudar sin olvidarse de uno mismo.
Además posee una gama deliciosa de colores .
Concha dixit
Sabía, sí, pero no sabía que tú sabías...
Gracias por tu huella en esta piedra, mar.
Un abrazo
Gracias Manuel por tu poema que lo guardaré con mis tesoros.
(Concha contó casi todo de la kunzita que llevo al cuello, rosa. La septaria (siete espíritus nobles -del sánscrito-) disuelve nudos energéticos, y ya sabrás del ojo de halcón (también intuitivo) para el chakra raíz... Con estas tres piedras tienes activos todos los chakras y orquesta la kunzita.)
Gracias a ti por ser la inspiración de este poema, Marisa.
Un beso.
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