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sábado, 5 de noviembre de 2011

ERA UNA MUJER-PIEDRA

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Busqué los sentimientos de la infancia
para identificar
los días relevantes de mí entre las horas,
indagando la luz de los secretos.

Había en el cajón de mi mesilla
un libro impregnado de misterio,
anónimo al leer, sin letra impresa.

Era una mujer-piedra
al cuello de un colgante de septaria,
raíces de kunzita y un ojo de halcón
que nunca llegaría a envejecer
hasta enconcontrar su voz a duermevela,

ahora tatuaje de mi piel
y mundo hospitalario que me habita,
oriente y talismán,

como un tiempo volátil tallado de aventura.


a Marisa León.




Manuel M. Barcia

4 comentarios:

Concha Vidal dijo...

¿ Sabías que la kunzita es la piedra de la dedicación.? También dicen que reduce las tensiones. Ayuda a intesificar la entrega para realizar una tarea la cual pide mucho de esfuerzo y de esta manera conseguir llegar a su objetivo. Hace que la persona se vuelva abierta a la crítica constructiva y aumenta la facultad de ayudar sin olvidarse de uno mismo.
Además posee una gama deliciosa de colores .

Concha dixit

Unknown dijo...

Sabía, sí, pero no sabía que tú sabías...


Gracias por tu huella en esta piedra, mar.


Un abrazo

Marisa León Álvarez dijo...

Gracias Manuel por tu poema que lo guardaré con mis tesoros.

(Concha contó casi todo de la kunzita que llevo al cuello, rosa. La septaria (siete espíritus nobles -del sánscrito-) disuelve nudos energéticos, y ya sabrás del ojo de halcón (también intuitivo) para el chakra raíz... Con estas tres piedras tienes activos todos los chakras y orquesta la kunzita.)

Unknown dijo...

Gracias a ti por ser la inspiración de este poema, Marisa.

Un beso.