a veces te presiento malherida
como si fueras sol
incapaz de la luz
por ser sombra sutil de amaneceres
o un tímido después en la memoria
con ánimo presente
es lo que pienso yo
mientras suena el violín
que nos percibe acústica en la noche
y conjunción del canto
tan ritmo entre los dos lo que nos cuenta
a veces
si no estás
mi cura es el sollozo
recuerdos de niñez
sin presencia de magos
de cuánto ansiaba golpes de pedal
en la BH azul
que nunca pudo ser la bicicleta
conmigo al descubierto.
mmb
2 comentarios:
Cuando la pena o la incertidumbre e incluso la certeza, por qué no, nos aprieta, el anhelo por aquellos años en los que bastaba salir a la calle en busca de aventuras, es un pequeño y vital goce nada desdeñable.
Que entiendo perfectamente.
:)
Besos.
Qué alegría saberte, Marinel, aunque sea tan sueño aquel vintage..
Un beso.
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