Podría ser la noche una conquista,
la juvenil edad donde todas las luces
pretenden el encuentro,
un tránsito desnudo sin más piel
que las copas de un bar
bebiendo nuestra sed al despertarnos.
Podríamos los dos escribir un poema
en manos del silencio,
sentir como los novios, la emoción
de buscar las palabras en el largo viaje
que tiene por destino abecedarios
donde sabe un murmullo
cuando grita el temblor
lo adolescente
a secas.
Podríamos, así, reconocernos
sombras en libertad,
posible nuestra luz
donde nada se pierde
mientras viven los sueños...
mmb
2 comentarios:
Cualquier acto de amor es una conquista donde las horas nada importan. No hay noche o día, sólo el enérgico anhelo por obviar otro entorno que no sean los amantes participando de sí mismos.
Besos.
Tu siempre tan caricia de letras derramadas, Marinel. Gracias por tus bellísimas palabras.
Un beso.
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