En los nombres de Ana, tú eres la emoción
que sonetiza el tiempo en lo salvaje,
la muerte sin morir, a su libre albedrío,
como si fuera única la tarde sabiéndote magicia.
El yo que nunca fui
te adivina mujer
a la espalda de Venus
queriéndonos amantes de la paz,
sin embargo, no soy ese que digo,
las fuerzas de la noche me inventaron
crepúsculo de ti,
la enjundia de la luz que los demás envidian
por no saber pecar
en brazos de una diosa,
por no creernos nunca la oración
que versa el largo adiós de los ausentes
sin ánimo de un fin,
acaso el verbo amar en sus designios.
mmb
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2 comentarios:
Excelente, como siempre, Manu. Eres un poeta admirable. Te abrazo, hermano.
Me causa mucho sonrojo lo que dices, Ovidio, muchas gracias no obstante por tu alta consideración en lo que solo son bocetos de aprendiz en eso tan complejo llamado Poesía.
Abrazo.
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