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Por más ritos salvajes que mi cuerpo te ofrezca
no podremos salvar las aguas que se rompen,
esa fuente que somos
de sed inextinguible,
manantial de la luz,
certidumbre del fuego que arde la memoria
y nos incendia.
La brasa en el olvido
y el resplandor,
el oasis que anega
las sábanas sombrías.
Manuel M. Barcia
La isla que amé
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Te dibujé en el cristal húmedo porque conocía el perfil
de tu sombra en el mar, las líneas que en el trazo dejaban
un acento dulce como de trino-muj...
Hace 8 horas
2 comentarios:
Hermoso tu poema!
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