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miércoles, 1 de octubre de 2008

ES MUY LARGA LA NOCHE

*
De tus atardeceres
los reflejos ardientes acometen
en los brazos espirales de Plutón

Y apenas el silencio
se proclama en instantes
que nunca imaginara

Surges de un orbe invisible y desnudo
a medida que el misterio asciende
en raptos de aire tu vuelo fugaz

Bajo la luna llena
desembocas en el centro del mundo

Y no te quieres morir,
has de yacer en tu reflejo de luz
en destinos cegados por el fuego

Es muy larga la noche,
detenemos el tiempo,
todo lo que mueve el vaivén del sueño

Y te llevo en mi sombra a ningún sitio,
cosida a mi deseo, a mi hambre,
tal vez a la locura
que el sexo colorea de arcoiris

Pero no olvides que somos siluetas

Si pudiese rozar tu contraseña,
si tuviese una clave tu costura...

Ya le he dicho al alma quién es tu cuerpo

Como gime de placer...

Como es una diosa fuera del templo

Sin embargo, he cantado a la guerra,
y desciendes música en tus párpados
entre la niebla que abre paso al fulgor
cuando mis labios sólo besan tregua

Y en tu luz donde el sol nunca amanece
la quietud de la noche es mi tumulto.




Manuel Martínez Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Escribes muy bien, Manuel. Este poema me da escalofríos. "Es muy larga la noche" pero al mismo tiempo las horas transcurren veloces, más de lo que podemos observar.

Aterrizas sobre Plutón y desciendes sobre la luna. Esta unión de planetas crea sinergia.

Me encantan estos versos plenos de sentimientos agridulces. Esperanza y desolación se dan la mano en estos versos. Porque la vida es siempre una unión de contrarios, un contraste de opuestos...

Enhorabuena
Un beso desde Plutón
Ana

Unknown dijo...

Principio y fin.

Iguales, opuestos, paralelos y yuxtapuestos. Una red de identidades en el misterio del ser que se mestiza en el ser.

Sustancia, ahora, ayer, el placer de lo invisible y lo invisible, el misterio del instinto que fecunda la noche para procrear el amanecer...

Es muy larga la noche salpicada de luz enamorada, Ana.

Es intenso el recuerdo cuando el día me encuentra.


Un beso noctámbulo.
Manuel