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lunes, 13 de octubre de 2008

LA LLUVIA SOLA BASTA

*
Tras las siete cartas a las Iglesias,
los siete sellos, las siete trompetas
y las siete visiones de la Mujer
en su efimero combate con Dragón.
Y las siete copas; los siete cuadros
sobre la caída de Babilonia,
y por fin, las siete visiones del fin...

Presenciando el ocaso de los tiempos
fue el sol ciego testigo
del Apocalipsis y su reflejo
que herrumbó el corazón de los metales.

El coraje y la razón
son polos de la historia y de la vida,
y se niegan uno al otro en su imán
al oficio de vivir.

Los sueños simbolizan lo infinito
en la neoversión de los enigmas,
y eliminan los detalles triviales
de las siete esotéricas visiones,
donde lo sagrado no causa efecto
al destino de herencia milenaria
agrietado en la sed de las palabras.

Y si el amor es sólo un infortunio
a galope de los siete jinetes...

La lluvia sola basta
antes de que se reinvente la gloria.




Manuel Martínez Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Belleza y simbolismo en este poema en el que número siete preside la travesía.

Un poema para leer muchas veces y reflexionar sobre su mensaje encriptado.

Enhorabuena
Un beso encima del iceberg
Ana

Unknown dijo...

Emerge tu palabra de la lluvia cuando cesa la fiebre y se aleja el invierno con su revuelo de muerte.

Siete veces siete agradecido por tu palabra, Ana.


Un beso en los vórtices del hielo.
Manuel