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viernes, 26 de diciembre de 2008

BODAS DE ÉTER

*
Te contemplo en la luz de la derrota,
soñando en tus reflejos
la silueta de sombra disipada
que aún queda en la retina de lo amado.

Estoy al otro lado,
asido al misterio de la imagen,
intentando atrapar en lo inasible
las escenas insomnes que se fueron
a donde van los sueños.
Tú te aferras al deseo,
tan sólo por vencer su tiranía
con las leyes que dictan libertades.

Entonces te quedas sola; perdida
en un mundo preñado de promesas,
y en torno a las raíces que lo pare
das fruto en su vacío.
Y yo persigo el eco de tu alma
sin saber muy bien a dónde
pero fiel al espejismo que toco.

No sé cuando viniste,
no recuerdo el origen de tu nombre,
olvidado en las páginas del tiempo
con un código de dudas sin clave,

pero queda adormecido en la intuición
un leve resplandor de mi locura,

y las caricias en tu cuerpo abstracto
en las bodas de éter que celebro.





Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Ana Muela Sopeña dijo...

Son bellas las bodas del éter, pero siempre se aspira a algo más. Algo que aúne lo espiritual y lo material. Para no disociarse y que el cuerpo no se pierda en el espacio invisible de un sueño que no se sabe si es o no es...Para no morir en la disociación...

Un poema bellísimo...
porque nace de un sueño inextinguible, de un sueño de luz y poesía, de un sueño amoroso, aunque sea de amor etérico y soñador.

Un beso
Ana

Anónimo dijo...

Místico...
Niebla...
Sueños a pesar de insomnio.
Un verdadero embrujo de fuego son tus palabras mezcladas entre constantes recuerdos.
Quien eres?