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Estoy harto, cansado de poemas y leyendas,
de amantes de fábula
y versos de epopeya
Y cuando la impotencia
es sólo tiranía
te dejo mi virtud en testamento
y el tiempo en el olvido por herencia,
en justa recompensa
por la nada que somos en la nada
En el debe y el haber
no es culpa de las musas mi balance,
ni deuda minuciosa
la que suma y no resta las traiciones
Hecho sombra y transparencia
el amor nunca muere,
se cobija en recuerdos de ternura
más allá de la vida,
más cerca de su suerte
Y cuando dejo la gloria en el viento
ya no puedo abarcarlo todo
porque no cabe la luz
que lleva tatuada
la piel de mi memoria.
Manuel M. Barcia
La sobriedad intelectual
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Descubriendo la intelectualidad
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Hace 14 horas
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