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Mientras retorna la luz
del verde que conduce a los encuentros,
el rojo recrudece la existencia
De su mano, pañuelos
que respiran los aires del fastidio
sin saber, cuando giman,
cuales serán sus fines
No habla,
pero nadie podría adentrarse en su silencio,
y menos todavía contemplarlo
El hombre que susurra en los semáforos
entona cantinelas
imitando el plañido de los dioses
En su sueño de voz imperceptible
se escuchan melodías
sobre aquello que vuela en los sentidos
y en nada se confunde
Penetro sin temor en su mirada
desmigo mi bolsillo en sus heridas
Sonríe
Hoy es un gran día.
Manuel M. Barcia
La sobriedad intelectual
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Es un segundo de inocencia
Descubriendo la intelectualidad
Del grillo que canta por las noches
Noches de luna ll...
Hace 6 horas
4 comentarios:
Bellisimas imágenes en tus versos Manuel, volveré a visitarte
Un abrazo
Stella
Excelente poema, Manuel.
Es un placer leerte.
Un beso de sueño
Ana
Estás en tu casa Stella, muchas gracias por tu alegre visita.
Un abrazo
Manuel
Es un placer saberte, meiga.
Un sueño de besos
Manuel
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