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Placer cristalizado que amanece
haciendo de la luz un árbol vírgen en medio de la sombra
que celebra la vida con gotas de rocío
Aromas que reinventan manantiales,
como encuentros furtivos entre lluvia y deseo
despertando azahares a lo lejos
Y es hembra la belleza del río milenario
cuando el alba diluye su leyenda
que fluye y no cesa,
hacia brisas que se ocultan en el mar,
jugando a la serpiente que tiene dos mitades
y un único afluente con distintas orillas:
las sutiles revueltas del puente de Triana.
E imagina la Feria, la rutina tan frágil de la danza
preñada de guirnaldas,
desnudo el corazón de fantasía,
el cansancio que estrecha certidumbres,
y quejas de silencio en las palmas
a golpe de sonidos que andan sus pisadas.
Y rojos entre verdes
que suman y no restan la línea indivisible
hermanando colores de caseta con blanco sin materia.
Nada esconde la duda que se dora en la noche
cuando suena el anuncio del lunes de tristeza.
Los fuegos de artificio serán en los remedios, resaca de Sevilla.
Manuel M. Barcia
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Hace 5 horas
2 comentarios:
Intensidad en tus versos, Manuel.
Realmente espectacular esta resaca de Sevilla.
Un beso de sueño en la tormenta
Ana
Eres un bálsamo de luz en esta resaca de colores sombríos, meiga.
Un beso grande
Manuel
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