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No entro en tus sueños,
para que tú me sientas
en lo que más amo
Escribo estas palabras con dudosa esperanza,
con miedo a que las huellas del designio
pierdan su inocencia
si llegan a los ojos de algún niño,
y en lugar de palabras
encuentre al silencio entre sus sombras
sin que responda nadie
Espero que alguien venga.
Me avergüenza pensar que voy buscando
respuestas personales, o signos de evidencia
de que existen razones apacibles
que esperan mi propuesta,
para encontrar la vida, y en mí al remitente
cubierto de dolor y cicatrices,
poblado de amores calcinados
y rimas de cadáveres en verso
Escribo estas palabras
con manos de artesano,
a quienes han amado sin sosiego
las páginas de un libro
y fueron compromiso en su mirada,
su rostro y su existencia.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 12 minutos
2 comentarios:
Siempre queremos encontrar en el lector una mirada cómplice de nuestro mundo interior.
Me ha gustado el poema, Manuel.
Te dejo un beso
y felicitaciones
Ana
Me alegra que hayan llegado estas letras a tu destino, meiga.
Gracias por tu comentario.
Un beso
Manuel
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