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No entro en tus sueños,
para que tú me sientas
en lo que más amo
Escribo estas palabras con dudosa esperanza,
con miedo a que las huellas del designio
pierdan su inocencia
si llegan a los ojos de algún niño,
y en lugar de palabras
encuentre al silencio entre sus sombras
sin que responda nadie
Espero que alguien venga.
Me avergüenza pensar que voy buscando
respuestas personales, o signos de evidencia
de que existen razones apacibles
que esperan mi propuesta,
para encontrar la vida, y en mí al remitente
cubierto de dolor y cicatrices,
poblado de amores calcinados
y rimas de cadáveres en verso
Escribo estas palabras
con manos de artesano,
a quienes han amado sin sosiego
las páginas de un libro
y fueron compromiso en su mirada,
su rostro y su existencia.
Manuel M. Barcia
Lazos de sangre
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En las palpitaciones de la sangre hay ecos invisibles
de antepasados cuyo nombre fue herencia añeja,
el color de la tez, la familiaridad de los iris...
Hace 4 horas
2 comentarios:
Siempre queremos encontrar en el lector una mirada cómplice de nuestro mundo interior.
Me ha gustado el poema, Manuel.
Te dejo un beso
y felicitaciones
Ana
Me alegra que hayan llegado estas letras a tu destino, meiga.
Gracias por tu comentario.
Un beso
Manuel
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