El sauce desconoce los motivos
que llevan a las plantas más sombrías
al brote del sollozo en primavera
Los olmos, los castaños y los robles
reunidos en concilio de silencio
ocultan en su grana la semilla
que germina del fruto su alimento
Ignorantes del sueño y sus razones,
observan cautelosos mis andares
sin sombra que cobije a las cigarras
cuando calla el crepúsculo en sus alas
Nadie sabe en el bosque
por qué siembran las huellas de mis pasos
las raíces de un ciprés
detrás del escenario de la duda.
Manuel M. Barcia
2 comentarios:
Genial poema, Manuel.
Los árboles te lo demuestran cada día. Ese afecto silencioso que acompaña tu sentir.
Un abrazo de meiga
Ana
Gracias por tu tiempo, Ana.
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