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Te doy para que des,
algo a cambio de algo.
Y te ofrezco versos
nacidos del delirio en la entrega,
y páginas de luz
escritas con renglones de los sueños.
No hay límites ni umbría
cuando el pulso te anuncia perdurable,
peregrino el placer
y el remanso de ti en las orillas.
Quid pro quo!,
sin fecha.
Edades de pasión mientras busco mi patria.
Manuel M. Barcia
La casa
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Hoy visitamos la casa
en la que vivió tu madre
siendo niña.
Otra ciudad, otro mundo.
Está en una calle de la zona antigua,
muy deteriorada por ...
Hace 13 horas
2 comentarios:
Fantástico poema amoroso, Manuel, impecablemente concebido y ejecutado.
Un abrazo.
Eres muy generoso, Ramón.
Gracias por dejar esta huella de tu peregrinaje.
Un abrazo grande
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