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a Woody, mi alma-perro.
Flotando el pensamiento en la mudez
dos círculos observan
la entrega sin especie.
La vida es compañía,
amores verdaderos sin distancia,
el hombre con el perro y viceversa.
El alma se descubre insuficiente
mientras abres los ojos de la luna
y aullas en silencio
los ecos que resuenan en su luz
y muestras con los gestos de tu cola
la frágil libertad que nos ausenta
cuando el mundo es la piel
que acaricia la noche.
Asoma el plenilunio en los sentidos
creando universos de belleza:
También yo ladraría si pudiese.
Manuel M. Barcia
La sobriedad intelectual
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La sobriedad espiritual
Es un segundo de inocencia
Descubriendo la intelectualidad
Del grillo que canta por las noches
Noches de luna ll...
Hace 3 horas
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