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Ya no estás en el ojo del Nirvana,
sin embargo, la noche,
ramifica tu luz,
despereza la erótica del sueño
sin desnudarme apenas,
deshaciendo el calor que habita la memoria,
tu piel y nuestro tacto,
la imagen del deseo en mi retina.
La sed de tus pulsiones me acaricia
como un escalofrío implacable
que al rozarme te ahuyenta.
No es dócil el abrazo del olvido,
pero sé que viniste.
Manuel M. Barcia
El mar de la noche
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Hay en tu rostro una herida donde las sílabas en calma
se adormecen como barcos sin un mar que los agite.
Riela la lluvia bajo el farol, allí se ref...
Hace 2 horas
2 comentarios:
Felices Fiestas Manuel!!!!!!!
También yo te deseo lo mejor, Leticia.
Felices Fiestas.
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