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No dejes de escribir, siempre decías,
como si fuese yo un manantial
de letras sempiternas,
o río en cierto modo, capaz de abastecer
los desiertos que ahogan de nostalgia
la sed de las palabras.
No tengo ya más cosas que decir,
permanece mi alma
brotando todavía el sentimiento
de aquello que quedó
sumergido y borroso
entre la senectud de tu leyenda,
el último período de mí
eclipsado en la luz
mirada de Narciso ante un espejo,
-fantasías tan sólo-
y sones de silencio que manaban
de un sueño trasnochado.
Traduciré ahora
la voz de mis adentros:
amar,
ese lenguaje tan extraño...
Manuel M. Barcia
6 comentarios:
EXCELENTE!!!
Un lenguaje difil para algunos y para otros tan necesario ...
Un saludo ,me encanto leerte .;)
Felicidades, Manuel. El amor, el amor... y lo que nos trae y nos deja. Estupendo.
Salud.
Julio G. Alonso
El amor cuando llega hay que vivirlo al máximo, después todo se queda en poesía.
Un placer leerte. Mi beso!
siempre un placer leerte.
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