...
Sí,
fumar deteriora mi salud,
también me desinspira.
El sabor de la hierba me confunde,
tiempo es de bautizar
una piel jabonosa y solitaria
para ahuyentar de mí
los humos que abrasaron el delirio
en la escena vacía
de una página en blanco que versé
por el placer de un beso,
sintiéndome yo sombra entre las velas.
Abandono la oscura incertidumbre
que me hizo tesón
sin que ninguna imagen de la luz
ansíe mis pupilas.
Cómo advertir un labio en el poema...
Mañana escribiré algún ensayo de tiempos por venir,
pagando, si es preciso, a una ninfa
que decore
la cortina de niebla entre mis ojos
y aterciopelar
la noche que traspasa mi ventana.
Manuel M. Barcia.