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sábado, 1 de diciembre de 2012

Llueves, montaraz



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Nombras bajo la lluvia
lo indómito de nuestra libertad.

Qué placentero oír
el rumor de las olas
en la inmovilidad de tu silencio

y el tañer de campanas
riendo sobre ti, tan de repente
alas de ruiseñor
y un adagio en la cima.

Quiero ser en tu patria la hermosura,
un amante leal
y delicado.

Líbrame de lo que paraliza
los instantes de amor,
porque allí poseeré el fulgor de la noche,
ese acorde sencillo
que abraza con las cuerdas de un laúd
la muerte y el desengaño.

Escuchemos allí
el frágil susurrar de los amantes,
su lenguaje en penumbra,
los dos apareamiento de un poema.

Seamos al versar
un beso que agoniza tras lo exhausto,

mientras nos atardece la memoria
tan ciertos e insaciables.




Manuel M. Barcia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta belleza hay en lo que tristemente dibujan tus palabras.

"LIBERAME DE LO QUE PARALIZA;
un beso que agoniza tras lo exhausto"

Este si que toco el alma.

Besos

Unknown dijo...

ah, ¿pero tienes alma? jaja

Te hacía un corazón tan desalmado...

Me alegra mucho que te guste, de veras Resp.

Un beso