Ninguna jerarquía cabe en mí
pretendiendo que sea postración,
anclaje de un diván,
neurosis en tus sueños de mujer
que gritan a consulta lo imposible.
¿Por qué tu libertad
enrejando mi alma
con un vientre de acero?
¿Por qué nuestra disputa
con ánimo de ser
revolución,
confín o beneplácito
de lucha interminable?
Qué absurdo nuestro ardor
en tan blanca batalla,
mis manos en tus pies
y tu boca tan lejos de mi boca,
del aire que respiro,
de caricias que vuelan
sin tocarnos,
la metapoesía
jugando a ser real
en sábanas de siempre.
mmb
2 comentarios:
Bueno, las revoluciones son importantes a veces..., por no decir siempre.
Besos.
Siempre, sí, incluso cuando el alma es ralentí de Sinrazones y Sinsentidos.
¿Lo ves?. Te leo, Amapola y Azzul pugnando realidad en laberintos imposibles...
Un beso.
Publicar un comentario