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Pasan los instantes en raíles de memoria.
Pasan los días repetidos con sueños diferentes envueltos en olvido.
Pasa despacio el silencio. La quietud se fecunda sin cesar. No recuerdo el rumor del mar y el temblor de su sombra; algo cósmico me atrapa a esperanzas sin sonido en los ojos abiertos de la muerte.
Nadie ha visto los avernos encendidos bajo el sol, ni al trasluz sus oquedades.
Festivo es el espanto en la matriz del frío, y lentos sus abrazos hendidos en presagios de nieve.
Sin embargo, aquí permanezco, sentado al borde de la noche, viviendo la insistencia del tiempo memorable cuando la luz acaba.
Y en la víspera del miedo, entono un alarido, tumbado bocarriba, a unos pasos de la luna que despierta su blancura impenetrable.
Manuel M. Barcia
Poema del día: "La sopa estaba fría...", de Silvia Álvarez (Argentina, 1956)
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La sopa estaba fría
o el mate demasiado caliente
no me acuerdo
pero fueron gritos
como ecos
retumbando en el bosque
(yo salí corriendo hacia el bosque)
que...
Hace 9 horas
2 comentarios:
Bellísima prosa poética. El alarido...
Un beso sin tiempo, de éter
Ana
Aun recuerdo el rumor del mar y el temblor de su sombra.El miedo se instala cuando no logro olvidar.
Mas besos.
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