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En las sombras errabundas
el fuego iba quemando, lento, plácidamente,
con el ardiente desdén del deseo que abrasa,
las entrañas de la luz
hurtadas por la alquimia de los sueños
con llamas increadas.
Manuel M. Barcia
al(b)a rota
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Centellas ávidas, cenizas lapa
que fueron torpes agujeros sepia.
Nos empeñábamos. sin grises cuentos,
en ser canela sin azúcar ni gas
Amanecían nuestras s...
Hace 21 minutos
2 comentarios:
Fantástico poema, Manuel. En pocos versos delíneas todo un mundo.
Un beso de meiga soñadora
Ana
Me alegra que te gusten estos versos, meiga.
Un beso
Manuel
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