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En las sombras errabundas
el fuego iba quemando, lento, plácidamente,
con el ardiente desdén del deseo que abrasa,
las entrañas de la luz
hurtadas por la alquimia de los sueños
con llamas increadas.
Manuel M. Barcia
No consigo pronunciar tu nombre
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Te daré la lluvia tomada entre mis manos para que moje
el tibio reflejo de tu piel. Vendrá el ruiseñor con la voz
tierna de un pájaro herido por los...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Fantástico poema, Manuel. En pocos versos delíneas todo un mundo.
Un beso de meiga soñadora
Ana
Me alegra que te gusten estos versos, meiga.
Un beso
Manuel
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