*He llamado a las puertas del misterio,
para invocar al grito del silencio
que mantiene cautiva entre sus sombras
la respuesta de todas las preguntas.
He labrado los tiempos de inconsciencia
con manos migratorias de lo eterno
que nunca modelaron realidades.
He sembrado raíces de mi orgullo
que al sol ensombrecía con la duda,
cuando eran delirios ignorados
aquello que miraba la esperanza.
He contemplado los cielos que lloran,
contándome al oído sus verdades,
hablándome de un dios allí perdido
que mezcla lo divino con lo humano,
y sueña lo evidente cada noche
con luces abatidas en penumbra.
Escéptico en la imagen del futuro
me acuesto en el crepúsculo que existe,
y admito mi vivencia interrogante
esposado al oráculo del miedo.
Manuel M. Barcia.