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Casi he olvidado tu aroma,
incluso tu olor...
y el rutinario eco de tus pasos
en la periferia de mis recuerdos,
más allá de las urgencias del alma,
por qué sola te quedas sin lo amado
mientras busco en las colmenas tus besos,
en la jalea real,
posándome y hundiéndome en tu boca,
entre las ficciones de la realidad.
Y ahora reinas como espléndida abeja,
con la brisa de un suave aleteo
que toma su color, a veces gris o azul,
según la soledad de la memoria.
Por eso cuando vuelvas,
y quizá sea algún día,
te averigües algo metafísica
en la penumbra del sexto sentido,
que no tiene doctrinas ni exigencias,
tan sólo un aire mágico de irrealidad.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 5 horas
2 comentarios:
Belleza en la irrealidad, Manuel.
Tus palabras son magia divina.
Un beso de meiga
Ana
Gracias por darme un sexto sentido, meiga.
Un beso
Manuel
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