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Antes de mí
no tengo celos
Pablo Neruda
Fue al principio frontera del pecado
la dicha estremecida en las cenizas
hasta llegar al fuego que no somos.
Sabemos de las huellas intangibles
por el paso del tiempo
que fluye en soledad al mediodía
y cruza la amplitud del ígneo espectro
que ya nunca es materia de los sueños.
Ahora miro y espero.
Y el humo es sólo humo
y nada le precede,
ahora el mundo está ciego,
piel y carne de la luz
en mi destino. Vago.
Y no despierta nunca,
es sólo un tatuaje
grabado con aliento del dios Eros,
cuando el miedo se mece
frente al lento fulgor de mis recuerdos.
Manuel M. Barcia.
En el paraíso de la lectura
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Seamos la lujuria escrita en poesía
Escuchando
Un atisbo de tu voz
Con el silencio
Y el murmullo de la noche
Seamos lujuria
Haciend...
Hace 10 horas
2 comentarios:
Maravilloso poema, con una cadencia excepcional.
Te felicito
Un abrazo de meiga dentro de un sueño.
Ana
Un abrazo para ti, mientras miro y espero, meiga.
Un beso
Manuel
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