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En sábanas desiertas
me entregué ciegamente a mi destino
mientras la luz dormita en tu sombra
Sueños de ti me apartan de una vida
que siempre fue la tuya
buscando lo esperado que no llega
No sabemos quién manda en las razones
del tiempo que se aleja imperdurable
No son los territorios de la ausencia
quienes giran solsticios en las sombras
y el lugar que nos toca
En cada noche crece un vocerío
donde el sueño termina, desandando el camino
que escucha amaneceres de silencio
Y sin embargo,
aún puedo oír tu nombre
en otros despertares musicales
que grita interminable mi memoria.
Manuel M. Barcia
El deslumbramiento
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El canto en las arterias que agita la sangre
con melodías que bullen
como ángeles festivos
por el andén de mi cuerpo.
Un ardor de llama en la lu...
Hace 5 horas
2 comentarios:
Bello, impecable, perfecto.
Un poema precioso, Manuel.
Un abrazo de meiga soñadora
Ana
Gracias, meiga soñadora.
Un beso
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