*
Hay un niño vencido por el sueño,
condenado a ser hombre que contempla
un futuro de agónica sentencia.
Invoca a los dioses en silencio,
con los ojos cerrados,
inmóvil, con lágrimas derramadas
por cauces de dolor al desbordarse.
Nadie acude en su ayuda,
los gritos de la noche no se calman
y andan sueltos sin control.
Y busca todavía lo imposible,
a la sombra que es luz en su sustento,
para que huya,
para que nazca al fin sin darse cuenta,
tan sólo necesita
su vida en la mirada de otros seres.
Manuel M. Barcia
VOLVER
-
He dejado de asistir
al misterio
del sol que va muriendo/
pero el aterdecer nos habla/
y la esperanza vuelve con las olas/
con el aroma de la vida
que ...
Hace 21 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario