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sábado, 30 de enero de 2010

HUBO UNA LUZ



Fue una diosa quien me atrajo hasta la luz
de la caída honda del deseo

Abrí mi corazón hasta lo lejos,
con tus ojos frente a mí,
y allí fui sólo un ciego
con el don de soñar en tu mirada

y de cielo abismarla.



Manuel M. Barcia

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