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Escribo en los pilares de la noche
los días de nostalgia,
mientras duermen los sueños
y el frío se desnuda en el papel.
Buscábamos un mundo entre la luz,
más allá del amor
y dónde todo fuera transparente.
Y fuimos en los dos
el frondoso jardín de una trilogía:
la mariposa libre junto al árbol
y un alma singular.
Ya nadie puede ir al paraíso
ni abrazarse a sus flores.
Ayer es el otoño
cada día,
el viento sangra nieve
y soledad.
Manuel M. Barcia
Entre las hayas celestiales: tres poemas de Alba Seoane
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SEDIMENTO
El amor de las rocas está escrito
circula como los efluvios
por su piel áspera
lo escuchan al atardecer
perros famélicos
lectores de huesos y...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Que fuerte y duro es el final. Me gusta mucho el poema.
Un beso.
Bello Manuel. Un abrazo sin melancolía, con comprension y satisfecha por tu creación.
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