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Ya no estás en el ojo del Nirvana,
sin embargo, la noche,
ramifica tu luz,
despereza la erótica del sueño
sin desnudarme apenas,
deshaciendo el calor que habita la memoria,
tu piel y nuestro tacto,
la imagen del deseo en mi retina.
La sed de tus pulsiones me acaricia
como un escalofrío implacable
que al rozarme te ahuyenta.
No es dócil el abrazo del olvido,
pero sé que viniste.
Manuel M. Barcia
Mi otro yo
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Me miro en el espejo y me pregunto
qué es lo que he hecho con mi vida.
Y ese otro yo que observa al que lo mira
desde el espejo me responde:
lo ...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Felices Fiestas Manuel!!!!!!!
También yo te deseo lo mejor, Leticia.
Felices Fiestas.
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