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No sé si es conveniente publicar
que el mundo no importa,
enséñame a mentir, a gritar hacia adentro,
a escuchar en la hondura de mi voz
el eco del engaño,
palabra tras palabra,
renglones de silencio que me guíen
a las dudas palpables.
Enséñame a escribir olvidos
metáforas de ti
y libros de poemas desterrados,
sus versos, alma en vilo.
Arranca de una vez
esta raíz de otoño que me apresa;
acaso pueda ser en mí de nuevo
la siembra y el instinto,
un jardín que florezca.
Manuel M. Barcia
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Hace 5 horas
4 comentarios:
No basta con engañarse a uno mismo?
Para que más...
Tus palabras... si, si, en otra vida tal vez te he leido ;)
Besos
Quizás la palabra vuelva a crear, y la palabra amor, sea tan poderosa que impregne y alce a quien va dirigida, más allá de la vida y la muerte, y todo cante, al fín, en solo el amor de quién ha de amarnos por encima de cualquier convención y cualquier mentira.
Un poema memorable, amigo Manuel.
Un abrazo.
Sí, es posible, también yo tengo un himno en el recuerdo...
Un beso
Ha llegado a ti, su fin es suficiente.
Gracias por venir, Perfecto.
Feliz Año Nuevo y un abrazo.
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