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Ilustres pensamientos
inundan de verdad la poesía.
Aunque, a veces, tan sólo la falacia
sea lo vehicular,
plegaria de metáforas al vuelo
y musas que babean
sueños e inquisiciones,
crepúsculo en fuente de palabras
manando inspiración
desvergonzadamente.
Fingidor, el poeta,
dispone su papel
con sílabas de olvido.
Y pájaros de luz
le sobrevuelan.
Manuel M. Barcia
Sempiterna noche
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Si me asomo al brocal de este pálpito que ha perdido
la encendida luz, y allí con el sedimento de este fluir
que aún finge ser misterio del color, c...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Un bello cuestionamiento escrito con maestría, como siempre Manuel.
Un saludo afectuoso.
Qué bueno este, Manuel. Te lo aplaudo. Bellísimo.
Un abrazo.
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