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miércoles, 21 de diciembre de 2011

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Sí,
acaso nuestro amor
proviene de otra vida,
de un mundo de caricias en silencio
dónde todo era luz.
Y el verbo intimista,
espíritu sonámbulo
mientras Dios nos hacía.
Para ser universo entre los dos,
un cosmos de placer
dónde yacen los cuerpos extinguidos
y después se reinventan,
amanecen
respirando palabras
en la prosa fecunda del recuerdo,

origen del latido.




Manuel M. Barcia

4 comentarios:

Anónimo dijo...

SI?
Mejor me reservo lo que siento y solo dejo una vez más mi admiración por tus letras.
Besos

Montse Oleart dijo...

Precioso, siempre escondemos latidos entre palabras. Me alegra haber pasado por aquí, se siente lo que dices.
Besos.

Unknown dijo...

Me quedo con tu eco de silencio.

Gracias por venir.

Un beso

Unknown dijo...

Gracias por dejar tu huella en estos versos, Montse.

Un beso