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Los ecos del placer
asolan el umbral de los sentidos,
orquestados de ausencia,
la música que gime
arias inolvidables.
Apenas hay memoria en tu voz,
el grito es más intenso cuando sueña
lagunas en las sienes
y ríos que se adentran como un vals,
danzables, vientre adentro.
Ardimos en su ayer
deseos encendidos junto al sol,
melodías antiguas sin tristeza,
el tacto, un ruiseñor,
trinos al viento.
Manuel M. Barcia
En el oído de las noches
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Me robaron las lágrimas
El día que te vi partir
Al cielo,
Desconocido mundo
Del sentimiento
Ahora
Estoy desnudo
Esper...
Hace 6 horas
2 comentarios:
Hay momentos que inevitable(mente) son in(olvidables)
Besos
Como un rito sensual de lo prohibido, sí.
Un beso
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