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En esta libertad que nunca muere,
fluyendo sobre mí,
-tan clandestina-,
acaso soy aliento,
el aire apetecido que reclamas
abriendo el corazón,
mientras vientos del norte amanecen
la edad de las palabras somnolientas
y tú,
apenas página en el sueño,
verso antiguo y la piel donde acunar
milenarios poemas,
incapaces de alzar un firmamento
para sobrevivir,
igual que un astronauta sus visiones.
Manuel M. Barcia
La sobriedad intelectual
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La sobriedad espiritual
Es un segundo de inocencia
Descubriendo la intelectualidad
Del grillo que canta por las noches
Noches de luna ll...
Hace 11 horas
2 comentarios:
Manuel, sí, ahora es grandioso y tuyo por completo.
Concha dixit.
Gracias por decírmelo, mar.
Un abrazo.
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