Mi viejo auto, yo y los límites de velocidad
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A treinta: mi coche va por una calle transitada,
como es un animal bien adiestrado
comprende que debe ir lento,
niños y ancianos en las proximidade...
Hace 5 horas
4 comentarios:
Son imágenes muy fuertes las que aparecen en este poema: el viento de tristeza que marchita la raíz del yo lírico, el no escuchar las palabras, la comparación con la grieta que profana la luz... todos artilugios que marcan una situación de agobio inminente.
Me gustó tu estilo.
Besos al alma.
Sin aire, pero con la brisa en tu mirada, y el arte en tus letras.
Preciosas letras, me encantó descubrir tu bello blog.
Un beso.
Gracias por tu generoso comentario, Paula.
Un beso
Es un placer tu presencia aquí, María.
Gracias por venir.
Un beso.
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