---
aunque yo no te nombre
siempre estás
epidermis que excita los adentros
con labio de pasión
y caricias de luz en mis papeles
ardes mi libertad
con fervor en el duelo
ahuyentas de mis ojos la ceguera
como un faro vigía
que pretende mi ser
irrenunciable
y allí
solo me miras
turbando en los amantes la quietud
con susurros de nadie
y gritos de advertencia
en las voces del caos
para inducir la magia
en mi silencio
y que vuelva el amor
con repiques de mí
los cánticos que pueden escuchar
aquello que tú eres
acaso una intuición sin procedencia.
Manuel M. Barcia
6 comentarios:
muy buen texto! saludos!
Siempre me dejas la sensación de que ella es mucho ante tus letras; pero se desvanece rapidamente sin quedar...nada.
Besos
Un besote desde la otra orillita dl río.
Te sigo,calladita,pero te sigo.
:-)
Feliz año y feliz santo,
Gracias por tu tiempo de lectura y tan cálidas palabras, Diana.
Un abrazo.
Sí, Resp, a veces, todo ocurre así, un repentino desvanecimiento, y luego un gran vacío. Después no existe nada.
Un beso
Feliz año también es mi deseo para la otra orilla A.maría.
Gracias por venir.
Un beso.
Publicar un comentario