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miércoles, 2 de enero de 2013

Ecos de improcedencia



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aunque yo no te nombre
siempre estás
epidermis que excita los adentros
con labio de pasión
y caricias de luz en mis papeles

ardes mi libertad
con fervor en el duelo

ahuyentas de mis ojos la ceguera
como un faro vigía
que pretende mi ser
irrenunciable

y allí
solo me miras
turbando en los amantes la quietud
con susurros de nadie
y gritos de advertencia
en las voces del caos

para inducir la magia
en mi silencio
y que vuelva el amor
con repiques de mí

los cánticos que pueden escuchar
aquello que tú eres

acaso una intuición sin procedencia.



Manuel M. Barcia



6 comentarios:

diana moreno dijo...

muy buen texto! saludos!

Anónimo dijo...

Siempre me dejas la sensación de que ella es mucho ante tus letras; pero se desvanece rapidamente sin quedar...nada.

Besos

A.maria dijo...

Un besote desde la otra orillita dl río.
Te sigo,calladita,pero te sigo.
:-)
Feliz año y feliz santo,

Unknown dijo...

Gracias por tu tiempo de lectura y tan cálidas palabras, Diana.

Un abrazo.

Unknown dijo...


Sí, Resp, a veces, todo ocurre así, un repentino desvanecimiento, y luego un gran vacío. Después no existe nada.

Un beso

Unknown dijo...

Feliz año también es mi deseo para la otra orilla A.maría.

Gracias por venir.

Un beso.