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Acaso yo sepulte crisantemos.
Sé tú,
sin las palabras rebuscadas,
la voz de poesía solamente
con profundo sentir.
Alza el velo que cubre tu rostro bajo sombras,
y a la luz desafía
con signos de una diosa en el lenguaje.
Burlemos las ventanas de este templo
con noche de extramuros,
desatando a la luna,
y al éter, contador de los mensajes
que provienen de un sol ardiente en las llamadas,
con las aceptaciones de otros rezos
sin miedo a la condena.
Es hora de volcar
el carruaje gris que te persigue
por mundos sin materia,
su reino en los parajes más perdidos.
Desde otro corazón te han enviado
un símbolo de amor
que también es imagen de ti misma,
sin máscara,
sin iconos de la fe,
tu verbo
sin plegarias,
latiendo ese versar sucede todo.
Manuel M. Barcia
2 comentarios:
!!Hola,Manuel!!
Belleza,una esplendida y seductora belleza es tu poesía.
Q el alma sea verdadera,sin ambages ni disfraces.
Me ha fascinado.Muchísimos besitos,poeta.
Gracias por acompañarme en estos versos, Lady.
Un beso.
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