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Pensaba en ti, tal vez en ti conmigo,
para extraer la duda de la imagen
que aún queda en la memoria de nosotros.
Nada, ni una palabra, ni la verdad
con su lengua lastrada de silencio,
ni el rugido de la noche en el dolor,
impedirán los sueños de los días
que duermen al amparo de otro tiempo.
No haré sino pensarte como un grito
que amenaza explorar todas las sombras
de la luz que renuncia a su morada
por dejar que su canto se una al cielo.
Y no pacto en la música el reclamo
de un acorde que venga en nuestro auxilio
acallando los sones de las voces
que aún respiran amor en mi deseo.
Manuel M. Barcia
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Hace 43 minutos
2 comentarios:
Un poema lleno de belleza, añoranza, sentimientos delicados.
Es siempre un placer navegar por tus letras, Manuel.
Un abrazo grande
Tu meiga soñadora
Ana
Es siempre un alegría saber de tu mirada en las luces más altas de la noche, meiga.
Un beso pensador
Manuel
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