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Sin pulsión se cimenta la paz en los caídos,
en la huida sorda o el sueño sin retorno.
Dioses que alimentan la noche,
lo invisible del alma
y la certeza del exilio,
un triste corazón encarcelado
sepera su feliz desprendimiento.
Manuel M. Barcia
Mi viejo auto, yo y los límites de velocidad
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A treinta: mi coche va por una calle transitada,
como es un animal bien adiestrado
comprende que debe ir lento,
niños y ancianos en las proximidade...
Hace 3 horas
2 comentarios:
Belleza fértil en tu palabra de arena y sombra, Manuel.
Me gustó mucho.
Meiga de sueño en la distancia.
Un beso
Ana
Me encanta saberte en mis pulsiones, meiga.
Un beso sin más.
Manuel
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