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martes, 1 de marzo de 2011

ABRIL Y GAVIOTA



Como un búho
absorto en la alturas,
te miro a través del lucernario,
bajo hechizos de luna,
buscando en el perfil de tu anatomía
algún signo de abril,
o tal vez un sonido capaz de pronunciar
el jardín estrellado que florece
en cielos de cristal
y adorna el desnudo de Afrodita
con sombra de los pájaros de fuego
que hibernan y no mueren.

Te sueño a contraluz,
como un tiempo sin patria
que busca los destellos del amor
datando los relámpagos caídos
de almanaques sin fecha.

Tu voz es necesaria tras mis ojos,
diluida en la sed
de los labios callados
que hacían musical nuestro lenguaje
cuando gime la sal
ingrávidos desiertos de la lluvia.

Y soy la gaviota del ocaso,
el plumaje sin alas
que vuela sin cesar
el sur del equinoccio en las mareas,

la respuesta silente
de un mar entristecido por la calma,

tu bautismo de ausencia.


Manuel M. Barcia

2 comentarios:

concha dijo...

Tampoco sé que hablar.

Unknown dijo...

Quizá una gaviota se te haya comido la lengua...

Son tan mudos los perfiles de la mar...

Gracias por tu silencio.
Un beso.