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miércoles, 16 de marzo de 2011

EL ÚLTIMO CAFÉ



He sentado la sed de mis dominios a la orilla del mar;
viendo pasar el tiempo, la humedad de la gente
bajo los los nubarrones de negra soledad
que flotan en las huellas de sus itinerarios.

Eso tiene la vida;
te la puedes beber en cántaros de nadie,
llena de lluvia y miel,
o agria como un sorbo de marea
en la tasca del puerto,
latiendo libaciones o naufragios
mientras viene algún verso que me guíe.

En este transitar de seres sin destino,
mi alma se refugia en una esfinge.

Y busca en los enigmas mi consuelo,
traspasa laberintos,
viaja mi existencia en utopías,
traspone los desiertos
y burla con sandalias la ruta de mis pies
y los ojos descalzos en un mundo de ciegos.

Y solo en espejismos de penumbra,
vuelvo hasta Alejandría,
codifico un poema

y tomo ya mi último café.



Manuel M. Barcia

4 comentarios:

perfecto herrera ramos dijo...

Delicado, sutil,..como todo cuanto toca tu pluma.
Algún día me gustaria ser invitado a uno de esos cafés.

Un abrazo, amigo mío

Unknown dijo...

Espero que se pueda cumplir tu deseo, Perfecto, y que el primer café que nos tomemos tan sólo el último en una lista interminable.

Un abrazo, Amigo

Manuel

Elsa Tenca - Mariani dijo...

En el 'dominio' del último puerto pasa la vida por todos los laberintos y vuelves a la diversa Alejandría.

Pero no... al último café.

Me encantó la introspección con las pincenladas de realidad ,el arte y el deseo.
Un abrazo:
Elsa.

Unknown dijo...

Gracias por este tu viaje hasta el sur de fantasía, Elsa.

Un beso
Manuel